27 mayo, 2021
Tendinitis rotuliana: Qué es, síntomas, causas, evolución y tratamiento
El tendón rotuliano se inserta en la parte inferior de la rótula y en la tibia (Tuberosidad tibial anterior). Es uno de los tendones más grandes y potentes del cuerpo, ya que tiene que impulsarnos para vencer la gravedad en actividades como caminar, correr y saltar. La tendinopatía o tendinitis rotuliana también es conocida como la “rodilla de saltador”, ya que es más común en atletas cuyos deportes incluyen saltos frecuentes, como el baloncesto, voleibol, atletismo,… Sin embargo, si eres una persona que no practica deportes de salto pero sientes dolor en la rótula, puede que también sufras tendinitis rotuliana por lo que llamamos el microtraumatismo repetitivo.
¿Tendinitus rotuliana o condropatía?
La tendinitis rotuliana está muy relacionada con la condropatía rotuliana, de la que ya hemos hablado en este blog. El tendón rotuliano se une con la rótula, comportándose ambos como un mismo conjunto. Es por esto también que, en muchas ocasiones, se trata de un problema mixto.
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Síntomas de la tendinitis rotuliana
El dolor de rodilla es el primer síntoma de tendinitis rotuliana. En la tendinopatía suele ser más puntual que en el caso de la condropatía. Habitualmente se localiza entre la rótula y el punto donde el tendón se conecta con la misma. Al comienzo tal vez solo se sienta dolor en la rodilla durante la actividad física o tras ejercicio intenso. Con el tiempo, el dolor empeora y comienza a interferir en la práctica del deporte. A la larga, el dolor afecta a los movimientos diarios, como subir escaleras o levantarse de una silla.
Se trata de un dolor que puede variar desde una molestia invalidante, a un dolor debajo de la rótula o un dolor de rodilla al correr, que se ve agravado al realizar determinadas acciones. Por ejemplo, se produce un fuerte dolor de rodilla al subir escaleras y/o al bajarlas. O bien, se evidencia un dolor en la rótula al correr en pendientes o únicamente al saltar.
Causas y evolución de la tendinitis rotuliana
Como he comentado anteriormente, la tendinitis rotuliana es una lesión por uso excesivo frecuente. Es la consecuencia de la tensión repetitiva sobre el tendón rotuliano. La sobrecarga repetitiva sobre el tendón provoca, en las primeras fases, una tendinitis aguda. La tendinitis aguda es el dolor provocado por haber realizado un ejercicio excesivo del que no estamos entrenados. En este fase, la tendinitis suele ser totalmente reversible. Suele responder bien al reposo deportivo, frío local y la toma de antiinflamatorios orales.
El problema viene cuando esta lesión se cronifica. En esta fase no se produce una inflamación aguda, se van produciendo pequeños desgarros en el tendón. Ante estos desgarros, el organismo intenta repararlos. La mayoría de las veces lo hace con un tejido cicatricial anómalo que altera la estructura correcta del tendón. Esto provoca un circulo vicioso, donde se sigue perpetuando en dolor, más reparación anómala y volvemos a empezar.
Por este motivo, en esta fase, el paciente no suele responder al tratamiento previo. Ya no hay un proceso inflamatorio y, en este caso, el reposo solo empeora la situación. Y es que añadimos un componente de atrofia muscular por el parón deportivo mientras la lesión del tendón persiste. Por lo que, al retomar la actividad después de 2-3 semanas de inactividad, hay más atrofia muscular y la misma (o más) lesión anómala reparativa en el tendón. A medida que los desgarros se multiplican, causan dolor debido a la inflamación crónica y al debilitamiento del tendón.
La zona que más suele afectarse en la tendinitis rotuliana es el llamado polo inferior de la rótula. Es decir, la zona donde el tendón rotuliano se “engancha” a la rótula. De hecho, afecta a esta zona más que el propio tendón rotuliano . Por este motivo, a esta afectación técnicamente la llamamos entesitis rotuliana.
Si pretendes ignorar el dolor y persistir con la actividad física “aguantándolo”, puede llevarte a aumentar éste círculo vicioso y hacer que cada vez sea más difícil solucionar el problema de base.
«Si pretendes ignorar el dolor de rodilla y persistir con la actividad física “aguantándolo”, puede hacer que cada vez sea más difícil solucionar la tendinitis rotuliana»
Dr. Sergi Sastre – Traumatólogo experto en Medicina Deportiva
Factores de riesgo de la tendinitis rotuliana
Diversos factores pueden contribuir al desarrollo de una tendinitis rotuliana, entre ellos:
- Actividad física específica: Correr y saltar son los factores más comúnmente asociados con la tendinitis rotuliana. Los aumentos repentinos en la intensidad o la frecuencia con la que realizas la actividad, también aumentan la tensión en el tendón. Cambiar las zapatillas para correr también puede influir. Una mala planificación del entrenamiento o un sobreentrenamiento pueden contribuir a la misma. De hecho, este factor suele ser la causa más común de tendinitis rotuliana.
- Músculos débiles en las piernas: La debilidad del músculo del muslo (cuádriceps en concreto) puede aumentar la tensión en el tendón rotuliano, lo que provoca que el tendón vaya trabajando “sobrecargado”.
- Disbalance muscular: El desequilibrio entre músculos agonistas y antagonistas (cuádriceps e isquiotibiales) puede provocar que, si algunos músculos de las piernas son mucho más fuertes que otros, los músculos más fuertes tiren con más intensidad del tendón rotuliano. Este desequilibrio puede ser una de las causas de tendinitis rotuliana.
- Enfermedades crónicas: Algunas enfermedades interrumpen el flujo sanguíneo a la rodilla, lo que debilita el tendón. Algunas enfermedades que podrían influir en este sentido son: la insuficiencia renal, la enfermedades autoinmunes, como el lupus o la artritis reumatoide, y enfermedades metabólicas como la diabetes. Éste último factor es una causa de teninitis rotuliana menos común. Lo que sí está demostrado es que los fumadores, al tener una alteración en la capilaridad sanguínea, tienen un peor proceso de reparación y cicatrización, por lo que en estos pacientes el proceso de curación es mucho más difícil.
Prevención de la tendinitis rotuliana
Para evitar la progresión de la tendinitis rotuliana y evitar cronificar el proceso, podemos adoptar estas medidas:
5 consejos para prevenir la tendinitis rotuliana
- No juegues cuando tengas dolor. En cuanto notes que sientes dolor en la rodilla a causa de realizar ejercicio, coloca hielo en la zona y descansa. Hasta que ya no tengas dolor en la rótula o en la rodilla, evita las actividades que pongan tensión en el tendón rotuliano. Se trataría de actuar en las fases iniciales de la tendinopatía, cuando es más fácilmente reversible.
- Fortalece los músculos: Los músculos fuertes de los muslos son más capaces de superar la tensión que puede causar la tendinitis rotuliana. Los ejercicios excéntricos son de especial utilidad de cara al fortalecimiento tendinoso. Consisten en bajar la pierna muy lentamente después de haber extendido la rodilla.
- Mejora tu técnica: A fin de asegurarte que utilizas el cuerpo de forma correcta, considera tomar clases u obtener instrucciones profesionales. Sobretodo cuando comienzas un deporte nuevo o cuando quieras progresar en un determinado deporte.
- Planifica los periodos de entrenamiento y descanso: Tener una planificación de los entrenamientos, considerando los descansos, es primordial para evitar sobrecargas y sobreentrenamientos.
- Complementa con ejercicios específicos de estiramientos musculares y tendinosos: Para evitar lesiones de los tendones o lesiones musculares, es fundamentar realizar la pauta de estiramientos. Introduce ejercicios excéntricos.
Tratamiento de la tendinitis rotuliana
Fases iniciales de la tendinitis rotuliana
Como he indicado anteriormente, en fases iniciales el tratamiento de la tendinitis rotuliana se reduce a: guardar reposo, aplicar hielo en la zona para reducir dolor e inflamación y la aplicación de vendajes elásticos especiales. De manera pautada por el médico se pueden tomar ciertos antiinflamatorios.
También puede ser de ayuda la realización de masajes y ejercicios excéntricos de rehabilitación. Estos ejercicios ayudarán a fortalecer la rodilla y los músculos del cuádriceps y la pantorrilla.
Fases evolucionadas de la tendinitis rotuliana
Para el tratamiento de la tendinitis rotuliana en fases más evolucionadas pueden ser necesarias ciertas técnicas de fisioterapia. Estos ejercicios están enfocados a “destruir” el tejido anómalo de nueva creación. Este tejido que intenta cicatrizar la lesión tendinosa no hace más que perpetuar la lesión.
Fases cronificadas que no responden a tratamiento
Si todas estas técnicas de tratamiento de la tendinitis rotuliana no dan resultado, cómo en el caso del portero del FC. Barcelona, Marc-André Ter Stegen, puede ser necesaria la cirugía. En esos casos se realiza una intervención quirúrgica para extirpar este tejido anómalo y favorecer la creación de un tejido tendinoso de características correctas. Actualmente, los especialistas dedicados a la traumatología deportiva realizamos la cirugía de la tendinitis rotuliana con una combinación de artroscopia y ecografía. Esta combinación nos permite actuar de manera precisa únicamente sobre el tejido anómalo. En todos los casos, la cirugía de la tendinitis rotuliana debe ir complementada con un programa específico de fortalecimiento muscular.