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@barnaclinic

3 septiembre, 2019

Aspectos imprescindibles para hacer una alimentación saludable

Una buena alimentación o una alimentación saludable es la que promueve la salud, la que regula el organismo y la que reduce la aparición de enfermedades crónicas. Hasta ahí, todos de acuerdo. Pero ¿qué características son las que consiguen fomentar esta alimentación equilibrada y saludable? Vamos a verlas a continuación.

¿Qué características debe cumplir una dieta saludable?

Cada día más personas hablan sobre qué debemos comerqué alimentos aportan más nutrientes, cuáles nos hacen estar más sanos… pero, desafortunadamente, la información no es siempre fiable. Esto crea confusión a la hora de escoger los alimentos y preparaciones que más nos convienen en nuestro día a día. 

EQUILIBRADA

Uno de los mayores defectos que promueven muchas dietas de moda es la eliminación de ciertos grupos de alimentos, especialmente los ricos en hidratos de carbono, y la promoción de los que son ricos en proteínas sin tener en cuenta nuestro estado de salud actual. Las características de estas dietas milagro hacen que puedan resultar falsamente efectivas: a corto plazo se pierde peso y volumen pero al normalizar nuestra alimentación se recupera el peso perdido o incluso algún kilo de más. Hay que comer de todo pero evitando o al menos reduciendo la cantidad y frecuencia de los alimentos desaconsejados en una dieta saludable: bollería, refrescos, embutidos grasos, etc.

Barbara romano - dietista-nutricionista barnaclínic

«Las dietas hiperprotéicas pueden resultar falsamente efectivas: a corto plazo se pierde peso y volumen pero al normalizar nuestra alimentación se recupera el peso perdido o incluso algún kilo de más»

Bárbara Romano

VARIADA

Cuanto más variada sea una alimentación, más opciones tenemos de cubrir el aporte nutricional que nuestro cuerpo precisa. Pongamos un ejemplo: comer fruta es indispensable en una dieta saludable por su aporte de fibra, agua, vitaminas y minerales pero, si en lugar de comer tres manzanas al día comemos una manzana, una naranja y un bol de fresas, podremos aportar una mayor variedad de vitaminas y antioxidantes y, además, cubrir la cantidad de vitamina C que necesita nuestro organismo.

SUFICIENTE

Una restricción calórica sólo conseguirá que nos sintamos débiles, de mal humor y con ganas de picar lo que no nos conviene. Es por esto que resulta imprescindible aportar la energía suficiente para realizar nuestras actividades diarias a base de alimentos saludables. En caso de querer perder peso, debemos igualmente tratar de llevar una dieta saludable, para ello,  el descuento calórico debe hacerse de manera controlada, con resultados menos llamativos pero más duraderos.

SATISFACTORIA

Comer es uno de los mayores placeres que existen y para poder mantener cambios duraderos, además de ser una dieta saludable, debe ser apetecible. Evitar la monotonía a la hora de seleccionar los alimentos y ser creativos cuando cocinamos y presentamos la comida en el plato jugará a nuestro favor para mantener estos cambios de por vida.

Y tú, después de leer esto, ¿sabrías decirme si estás siguiendo una dieta saludable?

La importancia de una alimentación saludable. 6 claves que explican cómo lograr una buena alimentación

1. SIN PRISAS, POR FAVOR

Sabemos que el estrés es nocivo y por ello debemos intentar minimizarlo en todos los aspectos de nuestra vida. Esto también incluye las comidas. Una alimentación saludable necesita de pausa, comer con prisas no trae beneficio alguno. Primero, porque muchas veces las elecciones de menú son menos adecuadas que cuando planificamos o tenemos tiempo. Segundo, porque al comer deprisa y masticar poco, la digestión se complica aumentando el riesgo de sufrir acidez de estómago, reflujo, digestiones pesadas, etc. y, tercero, porque no le damos el tiempo suficiente al estómago para “avisarnos” de que está lleno, lo que se traduce en una cierta tendencia a comer en exceso. De ahí surge el siguiente punto…

2. LA CANTIDAD NECESARIA

Aunque son muchos los factores que influyen en el aumento de peso, uno de los principales es la comida. Si se come más cantidad de la que nuestro organismo necesita, es fácil que subamos de peso a medio o largo plazo. Con los kilos de más, se incrementa el riesgo de sufrir enfermedades como la presión arterial y el colesterol elevados, el mal control del azúcar en sangre o la depresión, entre otros. Esto no quiere decir que, para llevar una buena alimentación, debamos comer lo mínimo, saltarnos comidas ni nada por el estilo; quiere decir que debemos encontrar un equilibrio y no excedernos. Aprender a saber controlar y evitar los extras que nuestro cuerpo no necesita.

3. PREDILECCIÓN POR LO CASERO

Hay que huir de los alimentos ultraprocesados. Es decir, aquellos que nos pueden facilitar el día a día –calentar y listo para comer– pero que con el tiempo pasan factura en la salud. Aunque la industria alimentaria está realizando cambios en la formulación de muchos de sus productos, deben evitarse o dejarse para ocasiones muy puntuales. Por el contrario, si queremos hacer una alimentación saludable, debemos priorizar siempre los alimentos crudos o mínimamente procesados. Por ejempo: el aceite de oliva, las verduras congeladas, el pan, la pasta, las legumbres en conserva, etc. Y, lo ideal, cocinar más. A veces, el ritmo diario lo dificulta, pero, para ello, puede resultar útil planificar las comidas semanales y hacer cocciones fáciles que no requieran de mucha atención ni tiempo. Como cremas de verdura, pescado o pollo al horno, etc.

4. DE ALTA DENSIDAD NUTRICIONAL

Los alimentos ricos en nutrientes deben predominar en una dieta equilibrada y en una buena alimentación. Hablamos de alimentos que aportan, además de proteínas, carbohidratos y/o grasas de calidad, vitaminas, minerales y antioxidantes. Son múltiples los alimentos que cumplen con estas características y cuanta más variedad consumamos –insisto, siempre de calidad– más fácil aportarlos todos.

Frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, pescados, huevos, carnes magras, té, café…

Bollería, aperitivos tipo chips, platos precocinados, carnes procesadas, bebidas azucaradas o con alcohol…

5. GRASAS SALUDABLES, SIEMPRE

Para seguir una dieta saludable, debemos apostar SIEMPRE por las grasas saludables. Estas son, principalmente, las grasas insaturadas como las presentes en los aceites vegetales tipo el de oliva, los frutos secos, el aguacate, las aceitunas, el pescado azul (salmón, atún, sardinas, boquerones…), etc. Consumir estos alimentos a diario o semanalmente ayudan a mantener una buena salud cardiovascular y cerebral y evitan eventos como el infarto de miocardio o los accidentes vasculares cerebrales.

* Hago una puntualización: aunque los aceites de palma y de coco son vegetales, por su perfil de ácidos grasos, no son aconsejables para consumir de forma habitual. Favorecen el aumento de LDL o colesterol malo en sangre.

6. CON ABUNDANTE FIBRA

La fibra es mundialmente conocida por regular el ritmo intestinal y reducir el estreñimiento. Sin embargo, tiene otros efectos beneficiosos para la salud. Entre ellos destacan: su capacidad para producir saciedad –y así controlar mejor el peso corporal–, reducir el colesterol y el azúcar en sangre, prevenir varios tipos de cáncer y “alimentar” la microbiota intestinal. Es decir, los microorganismos que se encuentran en el colon y a los que cada vez se le atribuyen más efectos sobre nuestra salud. Por esta razón, comer a diario al menos cinco raciones de frutas y verduras, priorizar los cereales integrales y sus derivados, introducir hasta tres o cuatro veces por semana legumbres y casi a diario frutos secos, se convierten en aspectos primordiales para mantener una salud adecuada.

Barbara romano - dietista-nutricionista barnaclínic

«Comer a diario al menos cinco raciones de frutas y verduras, priorizar los cereales integrales y sus derivados, introducir hasta tres o cuatro veces por semana legumbres y casi a diario frutos secos, se convierten en aspectos primordiales para mantener una salud adecuada»

Bárbara Romano

Y entonces ¿cómo hacer una alimentación saludable?

En resumen, una alimentación saludable o una buena alimentación es aquella que prioriza los alimentos vegetales, el aporte elevado de nutrientes y las cocciones que favorecen su absorción. Ejemplos hay muchos, como la dieta mediterránea, la japonesa o la vegetariana. Así pues, hay dónde escoger, según la cultura, las costumbres y las convicciones de cada uno.


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    Comentarios (1)

    1. https://www.mundosalud.org/2017s

      Un excelente texto y muy aconsejable. Saludos

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