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@barnaclinic

17 marzo, 2014

Dieta mediterránea para una mejor calidad de vida

Dieta mediterránea

A medida que nos hacemos mayores las alteraciones de la salud ocurren con mayor frecuencia. La dieta mediterránea podría ser un magnífico ejemplo de dieta saludable que ayudaría a modificar positivamente los aspectos de salud que se hayan alterado. En el post de hoy trato de explicar porqué la dieta mediterránea puede ayudarte a tener una mejor calidad de vida. ¡Veamos!

Beneficios de la dieta mediterránea

1- Rica en ácidos grasos insaturados

Gracias al aceite, los frutos secos y el pescado azul. El aceite de oliva es la mayor fuente de ácido oleico de nuestra dieta. Sustituir el consumo de grasas saturadas presentes en embutidos, carnes grasas y lácteos enteros por el de ácidos grasos monoinsaturados como el ácido oleico hará que nuestro perfil de colesterol en sangre mejore: disminuye el LDL o llamado popularmente “colesterol malo” y aumenta el HDL o “colesterol bueno”.

El consumo de frutos secos, densos calóricamente pero con un aporte de grasas insaturadas excelente, hace de estos un gran alimento porque también aportan proteínas vegetales, vitaminas, minerales y fibra. Un puñado diario de nueces, almendras o avellanas por ejemplo, nos ayudará a mejorar nuestra salud cardiovascular y a controlar la sensación de apetito entre horas.

El pescado azul, por su parte, es rico en ácidos grasos poliinsaturados, concretamente en los tan nombrados omega 3. Consumiéndolo un par de veces por semana conseguiremos aumentar la viscosidad de la sangre, reducir la posibilidad de formación de placas de ateroma y reducir la presión arterial. Con respecto a este último punto: siempre es preferible consumir alimentos frescos ya que las conservas son ricas en sal.

2. Rica en antioxidantes

Las verduras, hortalizas y frutas son una gran fuente de agua, fibra, vitaminas y minerales. Todo esto hace que sean importantísimos en nuestra alimentación ya que además de los nutrientes que aportan nos crean una sensación de saciedad que consiguen que se consuman menos calorías al día. Se recomienda que al menos una ración al día sea de verduras u hortalizas frescas ya que así conservan todo su contenido en micronutrientes.

También es aconsejable que haya diariamente una pieza de fruta rica en vitamina C, como la naranja, pomelo, kiwis, piña, fresas, etc., porque es un gran antioxidante y así controlaremos el efecto negativo que tienen los radicales libres que se producen en nuestro cuerpo.

El uso de especias y finas hierbas en lugar de la sal como sazonador no sólo ayuda evitando subir la presión arterial sino que también aportan fitoquímicos y, por tanto, se suman al efecto cardiosaludable.Otro alimento característico de la dieta mediterránea es el vino tinto, rico en polifenoles que tienen incluso un mayor efecto antioxidante. A pesar de esto, debe ser de consumo moderado y nunca obligatorioya que no podemos obviar el contenido alcohólico de esta bebida.

3. Rica en fibra

Por su gran aporte de verdura y fruta así como por el de frutos secos, cereales integrales y legumbres. La fibra tiene un efecto regulador a nivel intestinal muy importante para el buen funcionamiento del organismo. Consigue aumentar el volumen de las heces y por tanto acelera el ritmo deposicional y así conseguimos deshacernos de las sustancias tóxicas que se van formando en nuestro cuerpo. Además regula los niveles de colesterol y se ha observado que en caso de las personas que sufren diabetes consiguen controlar mejor sus niveles de azúcar en sangre.

Dentro de esta estructura saludable de dieta se pueden resaltar otros alimentos que, de momento, están siendo estudiados por su alto efecto antioxidante como promotores de la salud. Frutos como la granada o los pistachos podrían introducirse como alimentos especialmente aconsejables, pero aún deben realizarse más estudios para confirmar su efecto beneficioso.

Afortunadamente la dieta mediterránea es agradable a la vista, al olfato y al paladar, deja opciones infinitas a quien la cocina por lo que no resulta aburrida y todo esto en conjunto hace que no tengamos la sensación de estar realizando “dieta”. Este es uno de los factores más importantes a la hora de cambiar hábitos, conseguir una fórmula que sea llamativa y que podamos cumplirla siempre sin que resulte tediosa.


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