9 de septiembre de 2025
Demencia frontotemporal: síntomas, diagnóstico y tratamientos disponibles
La demencia frontotemporal (DFT) es un tipo de demencia neurodegenerativa menos frecuente que la enfermedad de Alzheimer, pero con un gran impacto en la vida del paciente y de su entorno. A diferencia de otras demencias, su inicio suele darse a edades más tempranas, entre los 45 y losx 65 años, y su síntoma principal no está relacionado con la memoria, sino con la conducta.
¿Qué es la demencia frontotemporal?
La DFT afecta principalmente a los lóbulos frontales y temporales del cerebro, responsables del comportamiento, el lenguaje y la toma de decisiones. Por ello, el síntoma inicial más habitual es un trastorno de la conducta: cambios en la personalidad, dificultad para controlar impulsos, apatía o pérdida de empatía.
Diferencias con la enfermedad de Alzheimer
En fases iniciales, la demencia frontotemporal puede confundirse con la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, mientras que en el Alzheimer la alteración principal es la memoria, en la DFT el cambio más destacado es la conducta. Este matiz es fundamental para orientar el diagnóstico de la demencia frontotemporal y definir el abordaje terapéutico.
“La demencia frontotemporal se caracteriza principalmente por un trastorno de conducta, a diferencia del Alzheimer, que afecta más a la memoria”
Dr. Albert Lladó, neurólogo especializado en demencias
Cómo se diagnostica la demencia frontotemporal
El diagnóstico de la DFT es clínico y requiere una evaluación neuropsicológica y neurológica detallada. Para completar el estudio, se emplean pruebas de neuroimagen, como la resonancia magnética, el TAC o pruebas de medicina nuclear como el PET de glucosa, que ayudan a confirmar la afectación cerebral.
Tratamiento de la demencia frontotemporal
Actualmente, no existe un tratamiento farmacológico de la demencia frontotemporal. Sin embargo, existen tratamientos no farmacológicos que pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes y ralentizar la progresión de algunos síntomas.
Entre ellos destacan:
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Terapia ocupacional y estimulación cognitiva, que ayudan a mantener la autonomía y las capacidades preservadas.
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Logopedia, especialmente en los casos de afasia primaria progresiva, una variante de la DFT en la que el lenguaje es la función más afectada.
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Apoyo psicológico y psicoeducación para familiares y cuidadores, clave en el manejo de los cambios de conducta.
El papel de la familia y el entorno
La demencia frontotemporal plantea grandes retos, no solo médicos, sino también sociales y emocionales. La comprensión de la enfermedad por parte de la familia y el acompañamiento de equipos especializados son esenciales para ofrecer una atención integral y personalizada.
