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@barnaclinic

15 julio, 2020

La cirrosis: Causa, tratamiento y cuándo considerar el trasplante hepático

La cirrosis es una enfermedad crónica del hígado, causa final del daño hepático continuado provocado por una enfermedad prolongada. Se caracteriza por la presencia de fibrosis (cicatrices) en el hígado que producen la disfunción del mismo. Estas cicatrices aparecen cuando, por la presencia de una lesión o inflamación crónica, el hígado se repara, produciendo tejido cicatricial. Este tipo de tejido, diferente al original, descompensa el funcionamiento hepático, produciendo la cirrosis.

Causas de la cirrosis

Como hemos dicho, la causa de la cirrosis es el daño hepático prolongado causado por una enfermedad.

Así pues, las principales causas son:

Una causa habitual de cirrosis son las enfermedades relacionadas con la infiltración de grasa dentro del hígado, lo que llamamos esteatosis hepática. Por ejemplo, la enfermedad del hígado graso no alcohólica (EHGNA) y la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), entre otras.

Otra causa común de cirrosis es la infección crónica por hepatitis b y/o hepatitis C.

Una de las causas más conocidas es el consumo continuado o crónico de alcohol. La cirrosis hepática alcohólica es una de las más comunes.

Finalmente, el sistema inmunitario puede ser una causa de cirrosis cuando, por la presencia de una enfermedad autoinmune, las células del hígado vienen atacadas y destruidas.

Tratamiento de la cirrosis

El tratamiento de la cirrosis hepática depende de diversos factores. Por un lado, la causa de la cirrosis definirá en gran medida el tipo de tratamiento. Por otro lado, el daño causado en el hígado y el estado del mismo también determinarán el tipo de tratamiento.

El objetivo del tratamiento, por lo general, es ralentizar la formación y evolución del tejido cicatricial, así como tratar síntomas de la cirrosis derivados de la disfunción hepática.

Así pues, el tratamiento para la cirrosis será:

Tratamientos antivirales que permitan disminuir la inflamación y reducir la cantidad y evolución de las fibrosis.

En casos de cirrosis hepática alcohólica, el tratamiento principal es la abstinencia. Con esta medida, suelen disminuir la inflamación y en algunos casos la fibrosis hepática.

Ante una cirrosis hepática provocada por una enfermedad metabólica como la esteatohepatitis, el tratamiento inicial será la pérdida de peso, abstinencia de alcohol, y el ejercicio físico.

En aquellos pacientes que padecen esta enfermedad provocada por su sistema inmunológico, el tratamiento en muchos casos será a base de esteroides.

Los pacientes que padecen una cirrosis hepática avanzada deberán ser valorados y seguidos con atención. Llegado el momento, se deberá discernir si son candidatos a un trasplante hepático.

¿Cuándo se debe tener en consideración un trasplante hepático por cirrosis?

En algunos casos, la cirrosis avanzada puede producir síntomas y complicaciones que condicionen en gran medida la vida del paciente o que pueden llevar incluso a la muerte. Ante estos casos, hay que considerar la posibilidad de realizar un trasplante hepático.

El trasplante de hígado debe tenerse en cuenta para aquellos pacientes con cirrosis hepática avanzada que desarrollan complicaciones como:


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