21 diciembre, 2014
Mens sana in corpore sano

Si uno da una vuelta, me atrevería a decir, por cualquier ciudad del mundo occidental, cada vez es más frecuente ver más gimnasios, restaurantes vegetarianos, tiendas y supermercados bio o ecológicos, centros de yoga, así como revistas de alimentación y deporte en los kioskos. Esto no deja de ser un reflejo de la sociedad, del cambio de nuestra mentalidad y de cómo van ganando terreno los conceptos de “cuidado personal” y “cuidado del entorno”.
Cuida tu cuerpo. Es el único lugar donde puedes vivir. – Jim Rohn
Somos cada vez más conscientes de que debemos cultivarnos tanto mental como físicamente y por eso crece nuestro interés por mantenernos sanos, fuertes y, porqué no decirlo, jóvenes el mayor tiempo posible. Siempre que esto no se convierta en una preocupación seria u obsesión estaremos en el buen camino, porque cuidarse es importante.
Es cierto que existen infinitas maneras de conseguirlo y que cada vez se nos proponen formas nuevas de hacerlo. Encontrar la que nos vaya mejor es algo personal pero a mi parecer, cuanto menos nos compliquemos, mejor. Para poder abarcar cada uno de los aspectos importantes que influyen en una buena salud, deberíamos dedicar un poco de nuestro esfuerzo a cada uno de ellos:
- Evitar el sedentarismo realizando actividades físicas y ejercicio, evitar pasar demasiadas horas inactivo.
- Comer equilibradamente y permitirnos algún pequeño capricho de vez en cuando.
- Cultivar nuestra mente con un buen libro, música, mantener una conversación interesante, contactar con amigos, etc.
- Aprender a relajarnos y desconectar.
Trabajando estos cuatro aspectos abarcamos los puntos básicos para alcanzar el equilibrio cuerpo-mente y mantener así un estado de salud óptimo. Aprender a atender cada uno de ellos puede ser más o menos difícil según nuestro estilo de vida pero, por poco tiempo que se le pueda dedicar, siempre será algo positivo.